drillicilli

Sunday, November 04, 2007

Carta sin enviar

Se hacía inmensa tu mirada, la recuerdo ennortada sobre la pared, bajo el silencio.
Y recuerdo cuando mis preguntas se hacían eternas, y elucubrabas inventos para encontrar un porqué a mi pregunta y a tu respuesta.
Cogía tus pies fríos sobre mi pecho, para enfriar un poco el corazón, y te ardían los pies, y se te congelaban los ojos.
Mirábamos juntos las maravillas, yo las estudiaba, tu las gozabas; y tu gozo se hacía pregunta, y mi estudio se hacía gozo.
Hicimos un océano de unas gotas de agua, yo para bañarme, tú para demostrarte que eres capaz de todo si te lo propones.
Saqué de los armarios todos mis miedos, y volvimos para llevarnos los armarios, y te quedaste con mis miedos, y me quedé sin armarios.
Pasó que me quede mirando una pared, sentado y hacia el norte. Pasó que ese silencio ya lo había escuchado, y pasó que me convertí en esa pared, reflejada por un iris infinito.